Una compañera me compartía una idea, de esas que una se le ocurren en la cabeza pero que solo son eso, pensamientos random, sobre un noticiero feminista solo con buenas noticias.

Íbamos en carretera. Ella sonrío con mucha ilusión al decírmelo, y segundos después remato: pero a nadie le interesan las buenas noticias.

Quise decirle: a mí sí, yo si te vería.

Le comenté del equipo de futbol femenil patrocinado en los Ángeles por varias mujeres actrices. Justo eso, me dijo, noticias buenas, como cuando Pink le pagó la multa al equipo femenil de balonmano noruego porque sus integrantes se negaron a usar el micro bikini.

En el camino, seguimos platicando de varias cosas por el estilo. Mi sueño de hacer una exposición y venta con todas las mujeres que hacen muñecas en Xalapa y la región, yo nos llamo: enmuñecadoras, y a quien le gusta lo que hacemos, siempre le doy la bienvenida a la enmuéñecación. Me imagino una feria toda preciosa donde se muestren muñecas, títeres, peluches, y arte textil enmuñecador. Tengo la fuerte convicción de que no somos competencia y que juntas podemos ser muy fuertes, además de que sé que existimos y resistimos.

Seguro que este diciembre, esta misma amiga, vuelve a robarle la navidad al señor Santa Claus, y vuelve a coordinar junto con otros compañeros La navidad es nuestra, donde recolectan juguetes y sí, sí los regalan, pero no a nombre del personaje, sino de la comunidad, además hiper cuidando de que no haya ningún juguete bélico o reproductor de violencia.

Cómo no amar a las compañeras que hacen y sueñan. Y te comparten por igual lo que piensan, lo que quisieran hacer y lo que sí han hecho.

Muchas veces no tenemos los recursos, ni la energía para concretar los planes, pero estamos activas ideando formas de transformar este mundo tan sórdido e injusto para la mayoría.

Así como ella, seguro muchas otras, aquí, allá, en tantas esferas.

La clave es el apoyo, el real y contundente apoyo, si una compañera vende, comprarle, si una compañera comparte su cartel, compártelo, déjale un mensaje de apoyo.

Soñar si cuesta, y cuesta mucho, desde seguridad, disciplina, valor, tiempo, ensayo y error, y un tanto de necedad. A las mujeres nos cuesta más creer que lo que soñamos hacer es válido y vale la inversión. Hay un algo que nos frena, que nos hace sentir que: “a nadie la interesan las buenas noticias”.

Pues, aquí estoy, pera decirles a todas: a mí sí, yo si te apoyaría.

Esta idea, en realidad no es mía, la estamos construyendo entre todas, algunas veces bajo una factura que nos fractura porque esto de apoyarnos, de confiar en la otra, cuesta mucho y a veces si las formas de una no son las formas de otra, pues no se puede avanzar.

De estas disonancias está plagada esta sinfonía utópica. Pero no por ello, hemos de dejar de aportar a la organización.

Este diciembre, si tienes la posibilidad, consume local, y sobre todo a mujeres. Estás apoyando y subsanando una inmensa deuda histórica y quiero creer que, en un sentido íntimo, estás siendo en este camino una buena noticia.

Ana Valderrama