¿Radfem? ¿transfeminismo? ¿TERF?: Lo que debes saber sobre el conflicto que parece no terminar

Por: Redacción

Hablar sobre Feminismo Radical (Radfem) y Transfeminismo es un tema sumamente delicado; en los últimos años, las posturas de ambas corrientes del movimiento feminista han sido protagonistas de una lucha encarnizada, a través de redes sociales, donde nadie parece ponerse de acuerdo. 

El enfrentamiento entre estos feminismos tiene su origen en varios desacuerdos: a quién representa el feminismo, el binarismo de género y el concepto de género mismo. Ante tantos conceptos teóricos y posturas encontradas, es importante regresar un poco en el tiempo para comprender el conflicto.

Al iniciar la conversación sobre un tema tan polémico como este, la Dra. Marilú Rojas Salazar, Especialista en Estudios de Género y Feminismo, señala que es importante tener en cuenta que no existe un único e inamovible feminismo:

“Hay tantos feminismos como experiencias de mujeres existen y el concepto de mujer no es único, sino es diverso”

El Feminismo Radical y la abolición del género

El Feminismo Radical o Radfem, tiene sus inicios en la Tercera Ola del movimiento feminista, alrededor de los años 60’s, en Estados Unidos. A la par, en Europa se desarrollaba el Feminismo de la Diferencia, con quien las teóricas norteamericanas compartían algunas ideas.

Esta corriente del movimiento feminista plantea que el sistema sexo-género, aquel que asigna a las personas un rol y un paquete de características naturales, sólo por haber nacido con pene o vagina, produce relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres; pues mientras a uno (quien tiene pene) se le identifica como superior y pensante, apto para el espacio público, a la otra (quien tiene vagina) se le designa como inferior, sentimental y relegada a la privacidad.

Para las feministas radicales, el género es el origen de la opresión social de las mujeres, pues a través de esa categoría impuesta por el patriarcado, se define lo que una mujer puede o no puede ser y, por ende, cual es el camino que tiene permitido en la vida. Por ello, la propuesta y lucha de las Radfem es la abolición del género y por eso no están de acuerdo en la existencia de personas que cambian de género. 

“Lo radical es radical porque va a la raíz de desinstalar los sistemas patriarcales”

Transfeminismo y el movimiento Queer

El termino inglés Queer significa “raro”, “torcido”, “extraño” y durante la  década de los 80’s, a mediados de la Tercera Ola y principios de la Cuarta Ola del movimiento feminista, cuando comenzaron a surgir movimientos e identidades calificadas de periféricas o disidentes, las personas que no sólo no se sentían representadas por la categoría hombre o mujer, sino también por categorías como gay, homosexual o lesbiana, decidieron apropiarse el término e iniciar con el movimiento Queer.

Este movimiento, en donde encuentra su nacimiento el Transfeminismo, según Teresa Aguilar en su artículo El sistema sexo-género en los movimientos feministasrepresenta la resistencia contra la heteronormatividad impuesta en la sociedad, donde las personas e identidades que no se ven reflejadas o representadas en ninguna de las dos categorías (hombre-mujer) son relegadas a la invisibilización.

Para Judith Butler, una de las mayores representantes de los Estudios Queer, el género es una construcción social, como afirman las teorías feministas; sin embargo, Butler plantea que el feminismo no debe limitarse únicamente a cuestionarse los roles y valores que se establecen en las categorías hombre-mujer, pues centrarse solamente en esas dos representaciones del género refuerza la discriminación sexual y fortalece los roles sociales conectados con el género, el objetivo debe ser romper con ese binarismo. 

Butler expone que el sexo, sobre el cual las sociedades construyen el género y los roles que les corresponden a las personas, no se asigna de manera biológica, sino que también es una representación de practicas impuestas socialmente y que se repiten de manera constante, a esto lo llama identidad performativa.

En Por un feminismo radical y plural, Malena Nijensohn explica que esas prácticas pueden ser la repetición estilizada de palabras, actos, gestos y estilos; y es a partir de ellos que surge la identidad.

De acuerdo con la Dra. Rojas, podemos entender la identidad performativa como “la manera como llevamos el género en la vida, cómo nos posicionamos ante la vida. La performatividad tiene que ver con una construcción de cómo cada sociedad asimila modelos, estereotipos de género a las personas, pero que no hay un único estereotipo, la performatividad es muy amplia”

La historia sin fin

El feminismo desde sus inicios se encontraba buscando una categoría que definiría mujer, una categoría bajo la cual se pudiera agrupar a todas las mujeres y que sirviera para incentivar la pertenencia e identidad al movimiento (Jornadas Feministas Estatales). Sin embargo, cuando en la década de los 80’s, comienzan a surgir los planteamientos de las teorías queer, inevitablemente la categoría y el sujeto del feminismo entró en crisis.

Mientras que el Feminismo Radical piensa por la abolición del género, y la reconstrucción de una sociedad libre de etiquetas que encasillen a las personas, el Transfeminismo y movimiento Queer, pone en la mesa que la violencia, opresión y desigualdad que surge del sistema sexo-género, sólo tendrá fin si se deconstruye la dicotomía hombre-mujer, que es la que permite la opresión en primer lugar.

A grandes rasgos, ambas corrientes parecen compartir numerosos planteamientos y objetivos en común, sin embargo, en algunos círculos feministas surgen conflictos alrededor de quiénes pueden ser sujetos del feminismo. A esta facción del Feminismo Radical que considera que en los espacios de las mujeres no se debe incluir a las personas trans, ha sido calificada de TERF mientras que quienes son llamadas así consideran que se trata de un insulto. 

TERF (Trans Exclusionary Radical Feminists con su traducción al español como Feminista Radical Trans Excluyente), un término acuñado por Viv Smythie, una bloguera británica, donde denunciaba que existía transfobia en los medios de noticias de su país.

Mientras que algunas consideran que el feminismo como movimiento social tiene y debe tener cabida para todas las identidades, como las de las personas y mujeres trans, algunas otras argumentan que el feminismo es un movimiento exclusivo de mujeres biológicas, pues la opresión que vivimos se origina desde el momento de nuestro nacimiento; y que, si bien la lucha por los derechos trans es importante y urgente, pertenece a ellxs como comunidad trans.

La Dra. Marilú Rojas subraya que en los círculos feministas y lxs activistas trans se ha generado una desconfianza debido a que parece que estos cuerpos de varón que transitan hacia lo femenino están castigados o castigadas por traicionar esa masculinidad hegemónica heteronormal.

En una entrevista  de No es Normal, realizada a la activista y académica Allison B. Wolf, una feminista radical norteamericana, apunta que el feminismo no se trata sólo de la opresión a las mujeres sino que tiene que ver con la opresión basada en el género, apoyando la idea de alianzas entre mujeres de distintas trincheras del movimiento.

La Dra. Rojas señala que este conflicto se origina en torno al poder:

“Cómo manejamos el poder, para qué queremos el poder, ese es el problema. Los feminismos no se tienen que pelear entre sí, sino que debe de haber una diversificación de las maneras cómo delimitamos nuestras luchas, nuestra militancia y nuestros espejos (…) ¿Para qué queremos el poder? ¿Cómo lo queremos ejercer? ¿Es un poder para colegiarlo, para hacer alianzas con las compañeras feministas, para conseguir derechos? Si es un poder para volverse a concentrarse en un grupo o en una sola manera de ver el mundo, entonces hay que cuestionar”,

Por ejemplo, recordemos estos problemas que hubo:


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