¿Por qué estamos enojadas? -Salma

Salma Aime
Cuando decidí alejarme de mi agresor y actuar para que la justicia me respaldara me encontré con muchas trabas, al inicio no sabía a dónde acudir, no sabía quién podría atender mi caso o quien podría orientarme, por sugerencia de mi familia acudí al sistema DIF, al llegar me recibieron cuestionándome acerca de la razón por la que no me había ido al primer indicio de violencia, también me preguntaron qué tan decidida estaba a dejarlo, pues la encargada de realizar las actas no estaba dispuesta a realizar un acta para que al final yo decidiera no salir de mi hogar pues eso representaba trabajo en vano que ella debía realizar, Alejandro mi agresor llego también a esa oficina y cuando yo presente algunas capturas de conversaciones donde me amenazaba o agredía me dijeron que no eran válidas, que nada en ellas estaba mal y que si yo quería ir ante un juez primero debía dejar de llorar.
Cuando las personas cercanas a nosotros se enteraron que nos habíamos separado me preguntaban, ¿ya lo pensaste bien? ¿Ya pensaste que tu hijo va a crecer sin un padre? ¿Le vas a quitar a tu hijo la oportunidad de crecer sin una familia? ¿Ya pensaste que harás para mantenerlo? ¿Crees que puedas sin su apoyo? Entre muchas otras preguntas donde cuestionaban mi capacidad de sacar adelante a mi hijo pero sobre todo mi decisión, muchas noches dude sobre mi decisión, muchas veces en mi mente volví a creer que la violencia en el núcleo familiar era algo normal y que debía aguantar.
Ahora cada vez que alguien llega a mi vida compañeros, amistades, alumno, cualquier persona que se acerque a mi círculo más interno recibe, sin saberlo un exhaustivo análisis hacia su persona, siempre estoy a la defensiva, desconfió de todo aquel ser que me salude, en cuanto escucho una voz nueva e imagino que me hará daño, soy un ser que no se permite amar a nadie más porque seguramente que saldré lastimada, poco a poco todo esto va sanando pero hoy en día aun no eh desaprendido a esperar la tragedia como desenlace final.
Y después de narrar esos momentos anteriores diré, que estoy enojada, muy enojada, porque me costó mucho darme cuenta que yo no fui culpable, yo no provoque las violencias que recibí, yo no las busque, no las ejercí y aun así hasta este momento soy la única persona que en este caso ha sido juzgada por la sociedad, las dependencias que proveen la justicia no me escucharon ni me apoyaron e incluso yo dude algún día de mí, muchas veces aun siento el peso de todo lo que paso y por las madrugadas aun despierto con miedo e incertidumbre, hay días en los que aun salgo a la calle y veo que no se acerque para llevarse a mi hijo y entonces mientras miro el techo y escucho los ruidos de la madrugada me imagino a Alejandro durmió plácidamente o lastimando a su nueva víctima y por eso estoy enojada.

Titulo: ¿Por qué estamos enojadas?
Técnica: Texto
Autoría: Salma Aime
Soy Salma Aime, radico en el estado de Guerrero, en la montaña Alta para ser exactos,pertenezco a la comunidad Náhuatl de la montaña Alta del estado de Guerrero, tengo la licenciatura en Ciencias de la Educación, una de mis más grandes pasiones es elaborar alambrismo, elaboro anillos, brazaletes, aretes, collares entre otros accesorios, actualmente además de tener un negocio donde vendo mis creaciones, imparto clases particulares y talleres donde enseño a niñas y mujeres la elaboración de estas preciosas creaciones, pertenezco a la Colectiva Sobrevivíentes de Feminicidio, en esta colectiva encontré a mujeres muy fuertes y valientes que me acompañan en este proceso que para mí y para muchas otras es un proceso muy complicado de enfrentar.




