Columna x2

Y retembló en su centro la tierra, este 1M de 2022
Marzo comenzó retumbando. Estaba en el comedor, mi madre e hijo en el jardín. Y los tres lo percibimos. Bajo una calma bonita, sin amedrentarnos. Pasó el temblor y seguimos en lo nuestro.
Últimamente lo mío es hacer espacio en mi celular para seguir comunicada. Faena insostenible. De verdad, tanto whats como face y su msn, son herramientas para comunicarme para cuestiones de trabajo, colaboración y vida. Y esta situación ya era estar en un callejón sin salida, cada día.
Hoy encontré un puerto inesperado. Me han obsequiado un celular muy similar al mío. Esto gracias a una botella que lance al mar del internet, no pidiendo ayuda, solo exponiendo porqué puede ser que sí o no conteste.
Cual faro, la respuesta me dio luz. Esta tarde fui por el aparato, se está cargando y pronto la comunicación ya tendrá espacio, tiempo y forma.
Esta situación me traía alicaída. Casi evasiva. Esto de estar con una leve pero constante depresión no es cosa sencilla.
Tengo muchas explicaciones que dar. Varias disculpas, y ni se diga en cuanto a agradecimientos. Hay quienes no me han dejado desfallecer. Están allí.
Así que con ánimos escribo sobre lo hermoso que es sostener y sentirse sostenida.
Escribo sobre marzo, este marzo precioso para reivindicar todo lo que implica ser mujer y luchar por la dignidad y justicia e igualdad para y por nosotras.
Qué retiemble en su centro la tierra, es, justo el día de hoy, una frase poética, literal y metafórica.
Marzo se pinta precioso porque muchas donamos, damos y estamos pendientes.
No es miel sobre hojuelas, también somos autocríticas y a veces, como salemos decir Amanda y yo, nuestra nación Feministlán está on fire.
Y es que esto de ser feminista, es un ejercicio no solo de fechas, no solo de marchas. Es la vida misma. Es cuestionarnos mucho, y en ese intento de cambiarlo todo, no perder la gracia ni la risa.
Este martes primero de marzo tembló después de medio día, y al rato leí que Testigo Púrpura cumple cinco años. Comunicación con perspectivas tanto de género como feminista. Y acá, Columna x2, tan bebé, tan semilla, tan disciplina amorosa de escribirnos desde lo íntimo, desde lo público. Y todo suma. Quiero creer. Y aunque aún no cumplimos el año colaborando con este medio, estamos también festejando.
También hoy, Marcela Dolores Guerra recibió un premio por parte del Tec de Monterey, y en su tiempo para agradecer la distinción nombró a quienes la apoyan en su quehacer científico, desde el feminismo de datos, y también a quienes estamos y creemos en el Bookclub Feminista de Xalapa, y esta maravillosa idea de leer a escritoras y lograr convocarlas para dialogar con ellas.
Todas sumamos, en tan diversas esferas.
Mis ojos se inflan de orgullo.
Y si, lloro, lloro mucho, a veces por una noticia indignante, a veces por un video todo cursi. Otras tantas por ver a Jonás jugar con ganas tremendas, a veces por ver a mi madre tambalear con su bastón. Lloro, como lloviendo aquí y a cuya, y que la lluvia nutra los espacios donde es posible que yo llueva.
Marzo tendrá de todo, sal, azúcar, miel y hiel. Y nosotras estaremos en marzo.
Al sororo rugir del amor. Como dice la canción.
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