Columna x2

Hablemos de las dos caras
Escribo esta columna desde mi celular. Por ello seré breve, no es lo más cómodo del mundo. Esta es la primera entrega del 2022. La verdad es que te extraño. Diciembre se nos fue como suelen irse los diciembres, entre encuentros y desencuentros familiares, entre ruido y silencios. Entre noches de convivio y mañanas de recalentado, o incluso entre tardes de inmensa soledad. No es mi mes predilecto. Es uno que me cuesta. Siento que no me pertenezco y que tengo que conceder mucho a muchos.
Los eneros ya sabes, suelen ser eternos, pero me agradan más.
Son una antesala al porvenir. Aunque no se sostienen sin un poco de lo que acaba de acontecer, por ello te pregunto:
¿Cómo te fue a ti?
Te imagino en mil cosas.
Aunque también te vislumbro en la pura contemplación del no hacer nada, arte y derecho que sé que defiendes.
Acá, desde una nostalgia del futuro, quiero que hagamos muchas cosas mundanas y terrenales juntas. Cómo también quiero aspirar a grandes encuentros, donde sepamos que consolidamos ese algo de lo que están hechas las leyendas.
Y así estoy, con mis dos caras, una atrás, una adelante, igualita a Jano, ese antiguo dios que de hecho le da su nombre a este primer mes.
En la mitología romana, Jano es el dios de dos caras, de los comienzos y los finales, de las transiciones. Y allí en su figura encuentro mucha belleza, está asociado con mirar tanto hacia adelante como hacía atrás.
Ya acabo la época de retraerse, de guardar, de mirar hacia dentro, ya viene el comienzo, pero sin borrón y cuenta nueva. Todo lo contrario, debemos saber de dónde venimos, para saber a dónde queremos llegar.
Este mes es de impulso.
De impulsarnos entre nosotras.
Así que aquí dejo nuestra primera piedra para nuestras columnas de Ianuarius.
Sigamos construyendo con nuestras palabras, saber y sentir.
Validemos nuestras contradicciones y sepámonos infinitamente capaces y radiantes aunque a veces todo nos grite que no, que no lo somos ni valemos tanto.
Y si, tengamos dos caras atentas, para saber valorar y encontrarnos en el pasado, y encontrar el camino -corto o largo- hacia el futuro.
Sobre todo este mes precioso.
Ya Amanda y Ana de febrero y marzo seguro estarán en otras ondas.
Sin más, deseo verte muy pronto y encontrarme con tu bonito cariño.
Con amor enorme, Ana
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