Denuncian al IMSS por violencia obstétrica

Por: Alba Valdez/ Testigo Púrpura
El pasado 25 de abril Guadalupe vivió una serie de atropellos, omisiones, burlas y nula atención del personal médico que pusieron en riesgo su vida y la de su bebé en el Hospital General número 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Por ello presentó una denuncia en contra del personal médico de la clínica ubicada en la avenida Salvador Díaz Mirón por violencia obstétrica.
Guadalupe narró que tuvo que contratar abogados para proceder legalmente por esta ola de abusos que comenzaron días antes de que diera a luz, en donde presentó un cuadro de infección en las vías urinarias y, por varias horas los doctores sólo le dieron medicamento y largas y le pidieron que tuviera paciencia y esperara a que el tratamiento hiciera efecto, pese a sus malestares.
Aseguró que trató de ser comprensiva, aunque cada día presentara síntomas más agresivos. El 1 de mayo sus síntomas empeoraron y decidió volver nuevamente al hospital, donde el mismo doctor Tito L, le pide que se coloque la bata y enfrente de residentes hace comentarios despectivos sobre su cuerpo.
“Dirigiéndose el doctor a los residentes: Ven muchachos, la obesidad es la principal causa para este tipo de ultrasonidos, no se puede checar bien, miren (apretando con el aparato mi abdomen) miren éste bulto de grasa, no me deja apreciar bien al bebé. escucha la frecuencia cardiaca y me dice que todo está bien, que ya me puedo parar, me levanto y el pañal que está en la camilla, lo quitan, pues está todo mojado y lleno de sangre. Entonces el médico me dice: Señora no puede estar viniendo a cada rato, esta semana ya es la tercera vez que viene, regrese cuando tenga verdaderos síntomas de alerta”, narra Guadalupe.
Posteriormente, el médico le argumenta que lo que le sucede es normal y la regresa a su casa en donde aprovecha a llamarle a su ginecóloga particular para sacar cita y ya en consulta con esta última, le dice que por el cuadro de salud que presentaba ya era para que estuviera internada, por lo que ya con una orden de la doctora particular regresa al IMSS para que la atiendan.
“Me revisa y me dice que tengo el 90% del cérvix borrado y que el bebé se está quedando sin líquido, y me manda una nota donde dice que hay rotura de membrana, disminución de líquido amniótico y movimientos fetales disminuidos”, dice.
Estando en el Seguro Social la reciben residentes que la canalizan nuevamente con el Dr. Tito “L” quien pide que la atienda otra ginecóloga, quien además la lastima y de la cual nunca supo el nombre “me lastima muy feo, me dice que me aguante, que sabe que duele, pero que me aguante y no me mueva” y ya terminando la revisión, le pide a uno de los residentes que la ayude a levantarse y el doctor Tito “L” le da la orden al pasante que no lo haga: “no la ayudes, que se levante ella; señora levántese como pueda, nosotros no estamos para ayudarles a levantarse” y finalmente es una enfermera la que la ayuda.
Posteriormente, la internan y al paso de las horas les pide a enfermeras, a médicos y a residentes que la pasan a ver que por favor le digan a su médico que la operen porque su ginecóloga particular le indicó que su bebé ya tenía poco líquido y podía morir, pero nadie la auxilia pues aseguran que todo estaba bien, mientras a ella se le intensifican los dolores, más tarde le colocan un monitor para frecuencia cardiaca y escucha “bips” (sonidos) como de alarma, finalmente llegan.
“Mis contracciones son cada vez más fuertes y dolorosas, grito, me agarro de la esquina del colchón y el Dr. Tito Lobato se burla de mi dolor, imitando mis gritos de “ay, ay, ay”, la doctora (desconoce su nombre) junto a él se ríe. Me observan sentados, en la banca frente a mí, sin cubre bocas, platican, se ríen (…) Sigo con mis contracciones, duelen mucho al grado de quedarme dormida o desmayada, después de cada una y el doctor Lobato de nuevo dice: “¿otra vez? No te puedes aguantar, deja de quejarte”. La doctora -que no se su nombre- a su lado le dice que baje la voz”.
Debido a que seguían corriendo las horas, las burlas por parte de los médicos encargados seguían y también su temor por el peligro del que ya sabía, por lo que, pidió a una enfermera que pasó por el lugar solicitar su alta voluntaria, hizo el trámite y cuando su esposo llegó le explicó todo y se la llevó a una clínica particular para que la operara su ginecóloga particular.
Una vez que estuvo en ese otro hospital la atiende inmediatamente para hacerle una cesárea y afortunadamente el bebé nació, sin embargo, lo reportaron con escaso líquido amniótico, con la frecuencia respiratoria más rápida que la normal, y debido al desprendimiento parcial de placenta que tuvo, el bebé tragó sangre y tuvieron que realizarle un lavado gástrico.
Igualmente, en el lugar, el pediatra habla con su esposo y le dice que llegaron a tiempo porque si hubieran esperado un poco más, el bebé se muere por la falta de líquido, la falta de oxigenación por el desprendimiento de placenta y la cantidad de sangre que ingirió; y que ella iba por el mismo camino porque la matriz ya estaba llena de coágulos. Ante ese panorama, el bebé ingresa a incubadora con oxígeno por varias horas, en ayuno y en la incubadora.
La señora Guadalupe Mireni Palacios García lamentó que toda esta situación se generó sólo por la negligencia del personal del IMSS y agregó que decidió hacer pública su queja, pues la ineficiencia y falta de ética de estos médicos debe saberse para que no vuelvan a poner en riesgo la vida de otras personas.
“Para que se dé a conocer la ineficiencia, que a veces uno por necesidad tiene que acudir ahí, pero que muchas veces, digo, tuve la fortuna de contar con mis papás y que solventaran los gastos, sólo así es que no se murió mi bebé, pero si no, es lo que hubiera pasado y ellos se deslindan”, dijo.
Ahora, Guadalupe solicita al IMSS el reembolso de 34 mil 500 pesos, producto de los gastos derivados de su hospitalización y atención en un nosocomio privado para ella y su pequeño hijo, ya que en el IMSS no le quisieron brindar esa atención a la que tenía derecho.
Finalmente, hizo un llamado a las autoridades del Instituto Mexicano del Seguro Social, a la Comisión de Arbitraje Médico del Estado de Veracruz (CODAMEVER) y de la Secretaría de Salud que hagan una investigación de los servicios que presta el personal de dicha sede y de los perfiles de quienes “velan” por la salud de los pacientes de ese nosocomio.
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Lo único que se nota en esta nota de muerda es lo asqueroso de este diario amarillista y como se prestan para quemar al médico, no tienen madre y ojalá el doctor los demande por difamación, se nota que la señora solo va por dinero, pinché vieja oportunista, no tiene madre pidiendo dinero, por eso estamos como estamos.
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Por favor tendrán el contacto de la Sra. Guadalupe? Me interesa contacto con ella ya que mi Bebe y yo fuimos víctimas de el, igual sufrí violencia obstrectica y mi bebé falleció por la negligencia de ese «doctor»
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