Abuso sexual infantil: breve guía para detectarlo y actuar

//Por: Ana Alicia Osorio//
Hablar de abuso sexual infantil no es un tema fácil, porque sabemos la vulnerabilidad en que se encuentran las y los niños, las altas cifras que se tienen de este delito, las consecuencias que existen y las dificultades para notar algunos síntomas de alerta.
Si eres mamá, papá, adulta/o responsable de un niño o niña, recuerda que él o ella pueden no entender lo que está sucediendo, desarrollar sentimientos de culpa o no tener las herramientas que le permitan acercarse a ti para explicarte lo que sucede.
Por eso debes poner atención a los siguientes síntomas de alarma (según organizaciones dedicadas al tema):
- Apatía: Si de repente deja de interesarle cosas que antes le gustaba, siente indiferencia o fatiga constante.
- Cambios bruscos de estados de ánimo: pueden reservarse más, o mantener mayores tiempos de silencio.
- Trastornos de alimentación: Ya sea que dejen de comer o coman en exceso, pero cambian los hábitos que tenían.
- Cambios en el sueño: insomnio, miedo en la noche, ansiedad.
- Falta de control de los esfínteres: aunque ya tuviera controlado, comienza a hacerse pipí o popó sin explicación.
- Conductas sexuales no propias para la edad: masturbación compulsiva, agresión sexual a otros niños o niñas, etc.
- Temor excesivo ante la presencia de un o una adulta en específico
1 de cada 10 mexicanos conoce casos de abuso infantil en la familia, mientras que 7 de cada 100 adultos reveló haber sufrido abuso sexual en la infancia: Estudio “Percepción del abuso sexual infantil” (Guardianes 2018).
Si ya detectaste algunas de las señales de alerta y/o el niño o niña te manifestó ser víctima de este tipo de delito (aplica si ya pasó tiempo desde que sucedió), es necesario que:
- No pongas en duda su palabra: recuerda que le cuesta hablar del tema, si dudas o si no le crees será difícil que busque ayuda. Puede tener temor o estar bajo amenazas así que olvídate de prejuicios como “él o ella lo provocó”,“si fuera cierto yo lo habría notado antes”, “fulano o fulana jamás sería capaz” o cualquier otro.
- Aléjalo del agresor: evita la convivencia, recuerda que la mayor parte de las agresiones sexuales vienen de personas conocidas, así que sí, tocará alejarse de ellas.
- Llévale con profesionales de salud física y salud mental: es necesario que reciba (y recibas) una valoración médica y ayuda especializada para contención y para tratar los efectos de este tipo de violencia.
- Denuncia: sí, sabemos que el proceso de denuncia es complicado, pero es necesario que recuerdes que es un delito y que como tal, el agresor debe ser castigado.
- Mantén la “calma”: Es difícil y el golpe será duro para ti también, pero recuerda que eres el adulto o adulta responsable y el pequeño o pequeña confía en ti y te necesita. No dudes en buscar ayuda profesional.
- Dale afecto: hazle saber que hizo lo correcto, que no es su culpa y habla de sus sentimientos.