Daniela

//Por: Ana Alicia Osorio//
“Era una relación de pareja que parecía normal pero había violencia de todos los tipos, del violentómetro solo me faltó que me matara”, así describe Daniela su relación.
Fueron 3 años y 10 meses llenos de terror que Daniela Sánchez resume en cerca de una hora de llamada telefónica donde cuenta la forma en que le pegaba, la dejaba dormir en el suelo o le tiraba las pastillas para la epilepsia pero lo acompaña de muchas explicaciones que aun siente debe dar sobre la razón por la que no se alejaba de él.
“¿Cómo voy a regresar con mis papás si ya me salí de casa?” “No tenía a nadie, dejé de ver a mi familia y amigos” entre muchas otras frases donde da cuenta de más y más violencias que vivió.
En la lista de violencias dedica un tiempo importante a contar cómo la obligó a quitarse el DIU y quedó embarazada. Esa niña que ahora le pelea en los juzgados.
Pero dedica poco al episodio donde le puso una pistola en la cabeza, le hizo un corte en la mano o las violencias que vivió después de separarse y que la llevaron a tener que resguardarse en un refugio para mujeres víctimas de violencia pues su vida estaba en riesgo.
Esos meses que estuvo allí fueron los más tranquilos. Al salir la esperaban denuncias por violencia familiar que interpuso su expareja en su contra, de guarda y custodia por su hija.
Desde diciembre del 2018 (cuando se fue al refugio) han sido 7 denuncias falsas que presentó su violentador contra ella y que ha tenido que combatir. Muchas de las denuncias ya fueron cerradas o desechadas y otras tantas aun debe seguir el proceso.
Además ha enfrentado otros tantos amparos más, incluido uno contra las medidas que las autoridades determinaron debe tener para protegerse.
“Tres o cuatro días a la semana yo estoy ahí por una o por otra carpeta, no he vivido tranquila en año o año y medio”, dice.
Además la violencia no acabó ahí, aun con tantas denuncias, hace nueve meses su expareja intentó atropellarla justo afuera del centro de convivencia donde se veía obligada a llevar a su hija para que vea a su papá.
Finalmente lo detuvieron, pero eso no quita el miedo, no quita la posibilidad de que quede en libertad y que cumpla aquella amenaza que le dejó grabada en un audio donde decía que saldría de la cárcel a asesinarla; y que ella ha tenido que escuchar una y otra vez para seguir el proceso judicial.
Si necesitas asesoría sobre violencia de género, puedes comunicarte a la Red Nacional de Refugios al 8008224460
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