Laura, el feminicidio de un 8 de marzo

//Por: Ana Alicia Osorio//
A Laura le gustaba bailar. Por eso a su familia el sonido de la batucada siempre les recuerda a ella; pero ahora solo queda eso, los recuerdos.
A Laura le quitó la vida su esposo hace seis años, justo el 8 de marzo (Día Internacional de las Mujeres). Justo el día en que los policías de Veracruz repartieron flores “a todas las mujeres”, ella fue asesinada y reportada como desaparecida. Y aunque su pareja confesó, aún sigue sin tener una sentencia.
“La reporta su esposo como desaparecida (…) mi hermana fue a la Fiscalía a ver si había alguna novedad y estaba su esposo que se había entregado, él se entrega, entrega el cuerpo, la casa, el objeto con el que la golpeó ”, señaló Alejandra, hermana de Laura González Jiménez.

Ella tenía 39 años. Era psicóloga en recursos humanos el IMSS en Xalapa. Tenía dos hijos en la primaria. Su familia la recuerda siempre risueña, bailando, ayudando personas.
Desde su adolescencia llegó a vivir a un pueblo cerca de Xalapa, de donde se mudó unos cuantos años atrás cuando se casó con quien se convirtió en su feminicida.
“Nunca pensamos que le fuera a quitar la vida”, lamentó Alejandra con una pancarta para exigir justicia en su mano, que llevó a una de tantas manifestaciones que ha asistido en seis años.
Nunca les dijo a su familia que sufriera violencia. Jamás supieron si estaba dentro de las famosas estadísticas de mujeres que viven violencia psicológica, mucho menos de violencia física. Pero ahora lo es de las 11 mujeres diarias que son asesinadas y lo es de la falta de justicia.
La familia de Laura tuvo que enfrentar un proceso largo, tedioso, lleno de amparos y audiencias que parecían no llevar a ningún sitio. Tras más de seis años de espera, finalmente el esposo, su feminicida, fue sentenciado a 40 años.
“Nunca se nos ofreció ayuda psicológica, acompañamiento, entonces cada vez que vamos a una audiencia es una revictimización porque es recordar absolutamente todo, aparte de los gastos que son en cuanto abogados”, contó Alejandra.
Un día antes de que Laura fuera asesinada, un viernes por la noche, ellas se reunieron para cenar y platicar, sin saber que sería la última vez que se verían.
Se habían quedado de encontrar de nuevo el 9 de marzo por el aniversario luctuoso de su papá, pero desde temprano el esposo de Laura avisó que estaba desaparecida. Horas después confesó que nunca lo estuvo: él la asesinó en su propia casa.
La entrega del cuerpo de Laura fue acompañada de una amenaza de su feminicida: quedaría librey el feminicidio impune.
Conforme los años pasaban, su hermana Alejandra temía que así fuera, que la amenaza se cumpliera y el asesino de su hermana recuperara su libertad, aunque ellas jamás recuperen a a Laura, jamás recuperen el verla Laura sonriendo y bailando.
Finalmente, en 2021 se llevó a cabo el juicio y la familia escuchó la sentencia: 40 años en prisión fue el castigo por terminar con la vida de Laura. La familia no estuvo de acuerdo, saben que con los procesos legales finalmente permanecerá menos tiempo. Pero lo único que les reconforta el alma es saber que el caso no quedó en la impunidad.
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