Ana Rosa, los kilómetros de vida de una mujer taxista

//Por: Emilio Torres//
En el recorrido nocturno de una mujer taxista, Ana Rosa ha pasado por experiencias de machismo y violencia por el solo hecho de ser del género femenino.
Conduce un “taxi rosa” en el cual comenzó a trabajar después de salir de un programa municipal promovido por el Instituto Municipal de las Mujeres de Veracruz, en donde se les había preparado a un grupo de mujeres para ser choferes de autobuses de ruta urbana en el municipio de Veracruz, pero del que solo recibió la preparación y licencia gratis.
El extenuante horario de trabajo hasta altas horas de la noche, vialidades con escasa iluminación, y el haber sido víctima de un asalto a mano armada le han llevado a desarrollar el instinto o presentimiento sobre los pasajeros que piden abordaje. Aun así, lo que más disfruta de su trabajo es contemplar los paisajes urbanos que recorre en cada trayecto.
- Ana Rosa llegando de su jornada laboral a altas horas de la noche con poco tiempo para cenar, refrescarse y descansar.
- Vista nocturna de la ciudad desde un Infonavit, que observa Ana al volante
- En algún momento pensó en dejar el oficio de taxista para tener mayor tranquilidad, aunque confiesa que disfruta estar detrás del volante.
- Libro religioso en el cual Ana se encomienda cada día.
- Calles en solitario que a menudo circula.
- Existen aproximadamente 300 taxis rosas en Veracruz-Boca del Río.
- Las malas experiencias le han ayudado para prevenir o predecir si el pasaje es seguro.
- Panaroma que observa diariamente Ana de regreso a su casa.
- Amanece en Veracruz y Ana deja el volante para descansar.
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