El odio que asesina: homicidios de mujeres trans 

ANA ALICIA OSORIO

Carmela, Estrella, Yoss y Claudia tienen algo en común. Todas, mujeres trans que fueron asesinadas en un crimen de odio y ninguna recibido la justicia que merecen.

Cuando encontraron a Carmela tenía múltiples disparos en el cuerpo, en el mentón, en los oídos, en las piernas.

A sus 24 años, Estrella fue golpeada por su agresor quien después la asfixió hasta la muerte.

El asesinato de Yoss fue dado a conocer en los medios como un suicidio cuando la encontraron ahorcada con un cable, aunque los testimonios de los vecinos dicen que entró con un hombre a su casa antes de aparecer así.

Claudia fue encontrada en una playa de Alvarado, donde sus agresores fueron a tirar su cuerpo.

Ellas no son las únicas. Entre diciembre del 2012  y mayo de 2017, se han presentado 74 asesinatos de mujeres transexuales según la activista Jazziel Bustamante Hernández quien se ha dedicado a llevar un registro de los casos.

Señaló que las mujeres trans son asesinadas por el estigma social que existe alimentado por falsas creencias y el odio.

“Estos casos se dan por el estigma social por ese machismo heterocentrista, falocentrista, patriarcal, aunque suene así luego nos dicen feminazis”, sentenció.

Para ella la falta de una figura penal específica para los crímenes por transfobia y la inacción de la Fiscalía General del Estado en estos casos, son dos de los aspectos más preocupantes.

“Lo más preocupante de los asesinatos de mujeres trans en el estado de Veracruz es que no están regulados como tal y no están visibilizados, si buscas en la prensa escrita casi siempre va a aparecer como un hombre homosexual o como un hombre vestido de mujer o como “vestidas” siguen diciendo(…) ¿Cómo se visibilizan los crímenes de odio? Solamente por compañeras, compañeros o una servidora que les mandan los casos y los apuntamos, este caso es una mujer transgénero”, afirmó.

De acuerdo con Estela Casados, integrante del Consejo Consultivo del Instituto Veracruzano de Mujeres, los casos de asesinatos de mujeres trans que concuerden con las hipótesis para ser catalogados como feminicidios deben ser considerados como tal. (En caso de ser efectuado por la pareja sentimental, persona con relación familiar o subordinación; ser expuesto en la vía pública; huellas de abuso sexual; lesiones infamantes o mutilaciones; amenazas precias de acoso o la víctima haya sido incomunicada).

“Si el asesinato de una mujer transgénero cumple con las siete razones de género para ser clasificado como un posible feminicidio debe investigarse en función de eso (…) la ley es muy clara en ese sentido, no habla de mujeres biológicas ni tampoco excluye a las mujeres transgénero”, afirmó.

Sin embargo, esto no sucede en el estado de Veracruz según Bustamante Hernández y los casos de asesinatos por transfobia son investigados como homicidios mientras que los datos que se colocan son aquellos que tenía la persona al nacer con su sexo biológico, es decir como hombres, y sin tomar en cuenta las razones del homicidio.

“La palabra transfobia al igual que la homofobia o crimen de odio, no está como tal en la Gaceta Oficial o el Código Penal de Veracruz, no existe el nombre crimen de odio, vamos a partir desde ahí, por ello es muy complicado la visibilización de los casos”, aseveró.

Otro de los problemas que se presentan es que en su mayoría los casos no son resueltos y las personas que cometieron el asesinato no son procesadas.

Por ejemplo, cuando Claudia fue asesinada y tirada en una playa, la misma Fiscalía General del Estado fue quien desanimó a su pareja que exigía justicia provocando que no diera seguimiento al caso y por lo tanto se quedara en los papeles y archivos guardados.

“Su pareja es de Alvarado y va y pone una denuncia, a ella la manda a asesinar un empresario muy conocido aquí en el Puerto del estado de Veracruz porque era cliente frecuente de trabajos sexuales, y la Fiscalía le dice que ya deje eso por la paz que para que está insistiendo en algo si ella ya está descansando (…) el chico desistió de seguir en estas notificaciones que te hace la Fiscalía pues porque la Fiscalía no le daba ni siquiera ánimo y le decía que ya dejara el caso”, narró Bustamante Hernández.

Ante la falta de tipificación, la indiferencia de las autoridades y la falta inclusive de denuncias no solamente los asesinatos sino también otro tipo de delitos contra mujeres trans queda impunes.

Según el Informe Sobre Crímenes de Odio por Homofobia y Transfobia en el Estado de Veracruz: Periodo 2012- 2016, realizado por la Secretaria de la Diversidad Sexual del Partido de la Revolución Democrática (actualmente a cargo de Bustamante Hernández) son denunciados únicamente el 25 por ciento de los casos de violencia hacia personas de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Travesti.

Sin embargo de esa cantidad únicamente 5 por ciento de continúa con los procesos jurídicos debido a la burocracia y el estigma de los importadores de justicia.

“Los números rojos de víctimas mortales en estos periodos comprendidos enmarca a un Gobierno distante de la problemática de discriminación, violencia y vejaciones a los derechos humanos inherentes que enfrenta la población LGBTI (…) Existe una enorme apatía por parte de la fiscalía del estado por investigar y esclarecer la mayoría de los casos”, indica el documento.

La misma Jazziel Bustamante, que ahora se dedica a realizar activismo y tiene como meta logra la tipificación de crímenes de odio, es sobreviviente de uno. Ella vivió en carne propia la indiferencia, estigmas y burocracia de la Fiscalía General del Estado.

Un sujeto entró a la estética donde trabajaba y comenzó a golpearla hasta dejarla inconsciente, para llevarse únicamente un celular aunque en el sitio había dinero y muchas otras pertenencias. En la Fiscalía, narró, parecía que la responsabilidad había sido de ella.

“Cuando yo fui a poner la denuncia, el mío no fue caso mortal pero fue intento de asesinato, en la Fiscalía me dijeron pero es cierto que no conocías a la persona, está segura no le hiciste tú algo, que te robó y les dije que nada más un celular, había computadora, había dinero en la casa y no me robaron nada más, te revictimizan”, comentó.

“La médica legista del peritaje en la Fiscalía me revisó como tres veces, me decía pero sino te violaron, deberías de dar gracias, entonces imagínate una médico legisla y yo tenía apenas cinco o seis horas de que me habían atacado”, añadió.

Para ella, lograr sobrevivir a un crimen de odio cuando al menos 74 mujeres no pudieron hacerlo, fue algo que le cambió la vida.

“Claro que soy una sobreviviente a un crimen de odio, luego me dicen que sino me canso de hacer (…) soy una sobreviviente de un crimen de odio en el estado de Veracruz y creo que como mi caso hay muchos, muchos”, sentenció.

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